martes, 12 de junio de 2018

DEFORESTACION DE LOS BOSQUES ARGENTINOS

La deforestación: los bosques en peligro


La deforestación arrasa los bosques y las selvas de la Tierra de forma masiva causando un inmenso daño a la calidad de los suelos, la vida y ecosistemas en general. Los bosques ocupan aproximadamente el 30 % de la superficie terrestre; sin embargo, es increíble saber que casi la mitad de los bosques tropicales que alguna vez prosperaron, ya han sido deforestados.

Argentina trata de frenar la deforestación con una explotación maderera controlada

El Ministerio de Ambiente pone en marcha proyectos piloto de apoyo a las comunidades locales para frenar el avance de la frontera agrícola y ganadera


Camiones cargados con troncos de quebrachos blancos y colorados atraviesan a todas horas la carretera de tierra que une San José de Boquerón y Monte Quemado, en el norte de Argentina. Cerca del 40% procede de la tala ilegal. Santiago del Estero es la provincia argentina con más bosques, 7,7 millones de hectáreas, la mitad de su territorio. Pero están amenazados por la tala clandestina y el desmonte para uso agrícola y ganadero. Cada año esta región pierde más de 20.000 hectáreas forestales (una superfície equivalente a diez ciudades de Buenos Aires) pese a que una ley argentina obliga a proteger los bosques desde 2007. Las autoridades buscan soluciones para frenarlo y en los últimos meses han puesto en marcha proyectos piloto contra la deforestación que incluyen el control de la explotación maderera, la introducción de ganadería sin destruir el monte y el respaldo a las comunidades rurales.
"Antes talábamos mal. Talábamos todo lo que venía", asegura Carlos Heinzen frente a humeantes hornos de ladrillo en los que se hace carbón. "El bosque se recupera, pero tarda muchos años. Tenemos que cuidarlo para que las siguientes generaciones también vivan de él", opina. Un sistema de registro forestal puesto en marcha el año pasado otorga cupos a cada productor y garantiza la trazabilidad de la madera que llega a Monte Quemado, pero hay todavía muchos sacheros, transportistas y aserraderos que no lo usan.

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